Buenos días y saludos a todos.
Hoy es un día de celebración, de cumplir una fase, y de iniciar una nueva etapa para la comunidad de Tamara. Quiero contarles como empezó lo que hoy celebremos y que significa el paso que hoy vemos.
En Enero de 2004 Jacobo Núñez, el director de APP, me preguntó. ¿Que podemos hacer para las comunidades aquí en Honduras que tienen mala calidad de agua? En aquel tiempo no sabía como contestarle. Y no sabia que esta pregunta iba a salir como un gran desafío. En el transcurso de los años hemos estado perfeccionando la tecnología de AguaClara y a la vez armando un equipo que incluye la Universidad de Cornell, Agua para el Pueblo, la Fundación Sanjuan, los Clubes Rotarios, y las comunidades.
Con el esfuerzo de tantos hoy podemos ver un éxito que será una bendición para la comunidad de Tamara para muchos años. Hoy celebramos un paso adelante. Y en este paso adelante hay un cambio. Hoy empieza la responsabilidad de la junta de agua de proveer agua potable para los abonados de Tamara.
La comunidad de Tamara y su junta de agua tienen que decidir que tanto de éxito quieren. ¿Quieren que haya agua potable saliendo de las llaves todo el tiempo o están satisfechos con agua tratada solamente la mayoría del tiempo? La diferencia entre la mayoría del tiempo y todo el tiempo es grande. Y es una diferencia clave para la salud de sus niños. Si quieren ver un cambio en la salud de sus niños les ruego exigir agua tratada según las normas de Honduras todo el tiempo.
Antes la salud de los niños no dependió en los acciones de la junta de agua porque ellos no tenían los recursos para proveer agua potable. Hoy empieza la responsabilidad de la junta de agua y podemos reflexionar sobre que significa ser responsable si hay una falla en el tratamiento del agua. Ser responsable quiere decir que la junta va a informar la comunidad que no hay que tomar el agua hasta que se resuelve el problema y el agua maltratada salga de la red. Ser responsable quiere decir que siempre se hace lo necesario para mantener la planta trabajando.
Pero como siempre hay otro lado de la ficha. La junta ahora tiene la responsabilidad de proveer agua potable, pero todos los Tamareños tienen la responsabilidad de cuidar el agua porque ahora el agua de la llave vale igual que cualquiera agua de botella que se comprara. Cuidar el agua significa dos cosas a la vez. Hay que conservar el agua y hay que proteger el agua. Conservarla, no úsala para mojar la calle, no deje una fuga sin repararla el mismo día, al fin recordar que cada litro de agua vale una Lempira. Hay que proteger el agua contra contaminación en la casa. Porque nada vale si hay buena calidad de agua saliendo de la llave pero se usa agua contaminada de una pila para consumo humano.
Al fin, quiero felicitar el pueblo de Tamara y a la Junta de Agua por haber invertido su propio dinero y por su valioso esfuerzo para mejor su calidad de vida y para proteger la salud de sus niños.

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